Las palabras viejas, las frases viejas, los sabores viejos, las texturas viejas, los momentos viejos y todo viejo, todo viejo... Ya no se renueva desde el exterior, si sigue vivo es porque se alimenta como antes: desde el interior.
Desde el interior porque afuera ya no hay nada. Adentro hay memorias, hay pasillos neuronales. Ahora, lo único distinto, es que le he puesto un rostro a mi tristeza, un rostro a mi deseo.
Y ese rostro está mal colocado.
Los cráneos de dos jovenes del norte de México, que... están tostados.
jueves, octubre 08, 2009
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