Decir: no mamá, no te preocupes voy a llegar temprano hoy.
Hacer: no contestar el celular la próxima vez, no llegar a dormir a casa esa noche y no responder a una llamada de tus padres hasta que no estés apunto de volver.
Y llegas a casa y tus padres están enojados pero respiran con suavidad. Hablan contigo sobre lo que sucede de manera calmada y serena dándote respeto y entendimiento, aparte de, una seria desaprobación de actitud y una orden de promesa de no volverlo a hacer.
Pensar: Tienen razón, me he dado la libertad, en cierto modo me han comprendido y entiendo que se preocupen. Además, no me ha traído beneficios reales y no es nada que no pueda hacer en un futuro y otro día más acorde. Ya no lo haré… Me prometo a mi mismo que ya no lo haré, es lo mejor.
Todo bien por un tiempo…
Decir: no mamá, no te preocupes voy a llegar temprano esta vez o, mejor aun, te aviso que me quedo a dormir… Está bien al ratito llego.
Hacer: no contestar el celular la próxima vez, no llegar a dormir a casa esa noche y no responder a una llamada de tus padres hasta que no estés apunto de volver.
Repetir varias veces.
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Y llegas a casa y tus padres están enojados… Esta vez te hablan de otras cosas, cosas de la vida y los caminos que uno toma, la persona que estas forjando etc. y te mencionan que una cosa muy valiosa en una persona es la honestidad y congruencia. Y dicen que por lo menos es lo único de lo que están orgullosos en su totalidad de si mismos…
Pienso: Ya he pensado eso antes… ¿qué estoy haciendo?. Esta vez es en serio, no lo haré de nuevo.
Y esta ocasión, lo deseo de verdad. No lo haré.
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