Los cráneos de dos jovenes del norte de México, que... están tostados.

miércoles, enero 16, 2008

Debatir o no Debatir

El debate es una de las formas más sublimes y caóticas de comunicación. ¡Tan efectivo!. No es tan obvio, obviamente... Pero no les diré porqué, es un tema muy complicado o sencillo, abierto a debatirse.

El debate es tan hermoso... ¿porqué vamos a morir?, ¿cuándo vamos a morir?, ¿acaso debemos morir?, ¿da Vinci apesta?, ¿el polo sur destruirá manhattan?, ¿es culpa de la televisión?, ... Tan justo y vasto... ¿sirvió de algo la guerra?, ¿mentirías? ¿y qué pasó con el comunismo?, ¿es el clon de dolly?, ¿(D)dios existe?, ¿tenemos una presidente?... Tan productivo... ¿de qué sirve discutir contigo si, aunque estás mal, no cambiarás de opinión?... y claro... ¡hablemos del narcotráfico! ¿Quién es culpable?, ¡hablemos de la violencia! ¿Quién es culpable?, ¡No hablemos de tus problemas personales! ¿Quién es culpable?, ¿Tu mamá?, ¿Tus genes?, ¿Quién es culpable?, ¿Quién no es culpable?, ¿A quién debemos culpar?, ¡AL CULPABLE!...
Oye, amigo, no te lo tomes tan a pecho. El debate no debería hacerse personal o , ¿qué piensas al respecto?...*

... Hay que saber debatir, por su puesto.


El debate debe llevarse a cabo con las ventanas abiertas porque es tan útil para quienes debaten como para los espectadores. Los explosivos choques de ideas e ideologías nacen en los cerebros de quienes son alcanzados por él, desencadenan pensamientos y razonamientos desde perspectivas nuevas y distintas que quieren ser debatidas, quieren ser consideradas y aplicadas y vueltas a debatir. Tal vez nunca cambie la opinión de quien tienes frente a tí, pero despertarás la opinión de los que están alrededor y mañana habrá nuevas ideas. Miles de ideas malas** y algunas buenas, pero al fin ideas. Una lluvia de ideas. Una tormenta de ideas y nuevas preguntas.


*me faltó agregar que el debate es entretenido, emocionante, comercializable y escaso. Hagamos más debates, ¿no?.
**ideas debatibles.

Nota: Este escrito no describe completamente lo maravilloso de los debates.

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